Los productores de diamantes sintéticos a menudo hacen afirmaciones falsas al respeto del impacto en el medio ambiente, pero a diferencia de los mineros de diamantes que cotizan en bolsa, no tienen la obligación de revelar ninguna información. De hecho, un informe independiente de Trucost llamado “El impacto socioeconómico y ambiental de la minería de diamantes a gran escala”, reveló que producir un quilate de diamante cultivado en laboratorio probablemente resulte en más del doble de emisiones de carbono que un diamante extraído. No obstante, alentados por campañas publicitarias engañosas, algunos consumidores jóvenes optan por los diamantes sintéticos debido a su huella de carbono supuestamente más pequeña, lo cual no se puede asegurar que sea verdad.
Ahora, aunque se ha puesto en duda el menor impacto medioambiental de la extracción de diamantes, observamos que se están realizando esfuerzos importantes para reducir su impacto y rehabilitar las minas al final de sus vidas. Sin embargo, incluso si dejáramos de lado la cuestión medioambiental, sigue siendo cierto que la prensa promociona la superioridad ética de los diamantes sintéticos. Esto es completamente erróneo, en la medida en que ignora el enorme impacto positivo que tienen los diamantes en los países productores. De hecho, sostenemos que los grandes beneficios socioeconómicos que resultan de los diamantes naturales superan o compensan cualquier consecuencia ambiental de la extracción de diamantes.
El mismo estudio de Trucost encontró que los principales mineros de diamantes en 2016 crearon 16 mil millones de dólares en beneficios netos, el 60% de los cuales influyen directamente de regreso a las comunidades locales. A sus trabajadores se les pagaba casi cinco veces el salario digno de su país y empleaban a 77,000 personas. En todo el mundo, la industria del diamante respalda el sustento de 10 millones de personas, incluidos 1.5 millones de mineros artesanales y en pequeña escala y sus familias en África y América del Sur, y unas 600,000 personas en la India. Esto es aún más significativo cuando uno se da cuenta de que los diamantes se extraen típicamente en algunas de las regiones más inhóspitas del mundo, desde el NWT en Canadá hasta la tundra siberiana y los desiertos de Sudáfrica, con pocas otras opciones de empleo para la población local. La historia de éxito más notable es Botswana.
Según el Banco Mundial, cuando Botswana obtuvo su independencia en 1966, era uno de los países más pobres del mundo, ¡con un ingreso per cápita de solo 70 dólares al año! En 1967, De Beers descubrió la mina Orapa y el resto es historia. Hoy en día, Botswana es uno de los países más prósperos de África, con atención médica gratuita, educación gratuita y un ingreso per cápita de casi 20.000 dólares. Los diamantes representan el 88% de las exportaciones totales del país y el 20% de su PIB. No se adjunta una historia de éxito similar a la producción de diamantes sintéticos, que solo contribuyen al resultado final de unos pocos inversores adinerados dueños de las fábricas productoras.
En conclusión, ya sea que la motivación sea económica, emocional o social, la única opción real es comprar diamantes naturales. En BNT Diamonds creemos firmemente en el valor duradero de los diamantes naturales, y continuaremos comprometidos con ello.